La historia del sabor.

La historia oficial de la salsa en Colombia dice que entró por el Pacífico y que más tarde Cali se convirtió en la capital mundial de la salsa. Otras tesis sostienen que la salsa ‘criolla’ surgió en Medellín con la orquesta de Fruko y sus Tesos y, en tiempos recientes, hasta Bogotá ha reclamado ser la nueva capital, reivindicando el hecho de que la principal orquesta caleña, el Grupo Niche, se haya creado en esta altiplanicie. El Caribe Colombiano aparece en estas historias como marginal o inexistente. Estas proclamas no serían importantes si no borraran procesos y personajes fundamentales en lo que puede ser la historia de la contribución de Colombia a la música afroantillana y viceversa.

Es cierto que Cali se convirtió en el principal escenario de la salsa – no sólo en Colombia sino a nivel mundial – tras la presentación de Richie Ray y Bobby Cruz en la Caseta Panamericana en diciembre de 1968 (ese mismo año estuvieron en los Carnavales de Barranquilla en el mes de febrero), pero es innegable que en ciudades como Cartagena y Barranquilla y el Litoral Caribe – desde la Península de la Guajira hasta las sabanas del Gran Bolívar, constituida por los departamentos de Córdoba y Sucre – por su pertenencia a la cultura del Gran Caribe, están las principales claves de estos aportes.

Es cierto que no fuimos el centro radiofónico y discográfico que fue la Cuba de antes de la Revolución, que no fuimos una migración fundamental como la boricua de mediados de Siglo XX a New York y que incluso en los 70 y 80 no tuvimos una figura a la altura comercial de Rubén Blades de Panamá y Óscar D´León en Venezuela, pero es hora de dejar atrás los eslogan y descubrir nuestra tradición.

Por ello debemos afirmar que, por ejemplo, ninguna ciudad en Colombia tiene las credenciales de Cartagena –a pesar de que ha sido borrada por coleccionistas y cultores de la historia musical antillana en el Caribe Colombiano–  como centro cultural de esta tradición, recordemos que en este terruño nacieron Roberto de la Barrera, Michi Sarmiento, Joe Madrid, Johny Moré, Víctor del Real, Juan Carlos Coronel, Joseito Martínez, Hugo Alandete, Sofronín Martínez y Joe Arroyo, entre otros. Incluso, Discos Fuentes, fue fundada en Cartagena en el año 1934 y posteriormente se trasladaría a Medellín.

Los Corraleros de Majagual, la universidad musical del Caribe Colombiano, fue creado por iniciativa de Calixto Ochoa y Alfredo Gutiérrez en 1961. Sus principales músicos fueron Manuel Cervantes (trompeta), Rosendo Martínez (bombardino), Carmelo Barraza y Fidel Ortiz (caja), John Mario Londoño (bajo), Enrique Bonfante (tumbadora), Chico Cervantes (platillos), José ‘Chelo’ Cáceres (trombón), Rafico Restrepo (güiro), Julián Díaz (saxo) y Humberto Pabón y Julio Ernesto Estrada (timbales). Los acordeoneros Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa, César Castro y Lisandro Meza también fueron cantantes de la agrupación. Las voces de los Corraleros fueon Eliseo Herrera, César Castro, Lucho Pérez Argaín, Julio Erazo, Nacho Paredes y Tony Zúñiga.

En los años 80, se destacaron el Nene y sus Traviesos con la voz de Juan Carlos Coronel, quien haría una página inolvidable como ‘El ventanal’ de la autoría del Joe Arroyo; el Grupo Raíces de Barranquilla con un tremendo tema que se llama ‘Guaguancó pa las calles’; Hugo Alandete y su Grupo Melao; y los Titanes de Barranquilla quienes bajo la dirección de Alberto Barros y la voz de Saulo Sánchez grabarían el álbum Levanta el cuero en 1982 con el éxito ‘La palomita’.

Todos estos nombres se han perdido entre tantas capitales de la salsa, pero su música está allí como un testimonio incuestionable de la memoria de los barrios y los pueblos del Caribe Colombiano.

Tomado de: «la salsa en Colombia corre por las venas del Caribe»

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